martes, 24 de junio de 2014

Asuntos internos

Comienza con un susurro impregnado de tediosas sensaciones que te acogen en su seno. Sigue una reunión de antiguos alumnos de tu propia amargura que deciden contagiarse unos a otros sus eternas condenas y así en un lugar recóndito de mente pervertida y advertida de horrores empieza el fin.
De repente se abre el telón, sombras te obstruyen el paso hacia cualquier punto de luz, no hay salida, ahogo, angustia, desespero, nada parece suficiente a la negror de tu alma que te atrapa para jugar contigo cual marioneta sacada de su caja ,llevada y abandonada en medio de veinte y tres niños sedientos de ilusión y curiosidad que a límites descontrolados dan muerte al pequeño muñeco.. Del mismo modo actúa tu alter ego al que llamas alma que te aprisiona contra el suelo sin dejar que vueles y respires. Él es quien te suma y quien te resta, sabes que debes acabar con él. Le das un empujón,  resignado a la sentencia que guiará tus días abrazándolos, decides sucumbir a la idea de vacío y laguna existencial y allí,  en el rincón recóndito de tu mente te haces con ese elemento aguzado y desgarras tu piel de dudas, besas tu alma podrida por ultima vez sacias tu sed apuñalando y acometiendo una y otra vez hasta que el mismo sollozo penetre en tus venas, pues sois el mismo en uno,  y sigues, muerdes tus propios dedos , oprimes y hundes ese afilado amigo en tu piel,¿ como sacar a aquellos que te distraen?

Maldigo el día en que delirios y sueños fueron metidos en un mismo saco, en que el bien y el mal fueron raptados por la moral, secuestrador común en todo aquello que merece y es digno de pensamiento.
Hoy maldigo el cruce y los diferentes caminos, las señales, lo llamado divergente.




Dejad de distraer, dejadme hacer pues sin mí no sois nadie.
Más de uno sois allí arriba y solo uno se va quedar, si no soy yo quien se quede ninguno de nosotros volverá a despertar.